lunes, 3 de enero de 2011

PRIMERO LOS NUESTROS

   Cuando hablamos de la Naturaleza, los ecosistemas, la biodiversidad, etc.; automáticamente pensamos en lugares lejanos, selvas o desiertos sin deternernos a meditar en lo que ocurre en nuestros propios jardines. Cuando buscamos ejemplos de determinados tipos de animales pensamos en los que se nos muestran en los documentales y no en los animales propios de la zona en la que vivimos.Y es que, producto o no de la "propaganda" que hacen los medios de comunicación de ciertas especies animales y vegetales, el menosprecio que hacemos de la flora y la fauna autóctonas pone en peligro la Biodiversidad de nuestro entorno. Nos entristece saber de la desaparición de alguna especie al otro lado del mundo, y hasta haríamos donativos para salvar al Panda asiático, pero... ¿quién se ocupa de nuestro Aguará guazú, nuestro Tatú carreta o nuestro Tapir? y solo por citar a los más conocidos de entre los que estan desapareciendo ¡Volvamos a lo nuestro!

ALGUNOS ANIMALES "DE LOS NUESTROS"

                                                            


   Cuis grande (Genero: Cavia) : El cuis grande es diurno, grande, y es uno de los mamíferos más conocidos de Argentina, dado que muchas veces cruza las carreteras en rápidas corridas. Habita en regiones de vegetación baja y cerrada, como pajonales, pastizales y matorrales densos. No cava cuevas, pero crea túneles entre los pastos. Vive en grupos de 8 a 10 individuos. Se reproduce todo el año y puede tener varias camadas anuales. Las crías nacen desarrolladas y parecen adultos en miniatura, su lactancia dura unas tres semanas. Sus predadores son los hurones, zorros, gatos monteses, entre otros. 


   De hábitos solitarios y aunque de aspecto temeroso, es totalmente inofensivo para el hombre. Es un animal solitario, sumamente tímido y cauteloso, de hábitos nocturnos o crepusculares. El Aguará Guazú se caracteriza por sus largas patas, su altura y su cabeza pequeña en proporción al resto del cuerpo. Su pelaje, largo y áspero, le permite desplazarse en áreas de vegetación intrincada y cortante como campos de espartillo.
Vive en zonas abiertas (inundables o inundadas), con pastizales y pajonales salpicados de isletas de monte fuerte y palmares de caranday.
   Carcomido su ámbito original por el avance de las fronteras agropecuarias, el estatus de este animal resulta sombrío en la Argentina. Además de su captura, por lo general accidental o por temor infundado, este simpático cánido carga con el efecto negativo de una leyenda de origen europeo, que se ha arraigado en varias zonas de nuestro país como es la del "lobizón".
   El Tapir: habitan en regiones selváticas húmedas y en el caso del tapir de montaña, los páramos andinos. Se trata de animales bastante primitivos. El cuerpo es compacto y la cabeza y cuello robustos, con el fin de facilitarles mejor el paso a través del denso follaje tropical. Los pies presentan cuatro dedos en las patas delanteras y tres en las traseras, y el pelaje suele ser muy corto y oscuro, aunque las crías presentan un pelaje pardo con manchas crípticas, similares a las de los jabatos jóvenes, que se difuminan con la edad.  Sin embargo, la principal característica del tapir es su alargado hocico en forma de pequeña probóscide, que usa principalmente para arrancar las hojas, hierbas y raíces que constituyen su alimento. Esta trompa resulta especialmente útil para recolectar plantas acuáticas en los pantanos donde suele pasar buena parte del día. También le sirve para coger agua y para enfrentarse a otros machos en época de apareamiento.

                                                             Tatú carreta: Es el armadillo más grande que aún existe. Mide alrededor de 1,5 m de longitud, desde el hocico a la punta de la cola, y suele pesar unos 60 kilos. Tiene un caparazón oscuro, formado por numerosas placas ordenadas en filas transversales, que llegan a cubrir también la cola. Muestra un cuerpo voluminoso y cortas extremidades, muy musculosas, con uñas potentes y algo desproporcionadas en relación con el resto de su pesado cuerpo, especialmente en sus extremidades anteriores.
   Se ha reducido significativamente su población en varios lugares debido a las actividades de desmonte, agricultura, ganadería y caza. El hombre lo persigue para consumir su carne, para llevarlo a zoológicos, museos y coleccionistas o para utilizar su caparazón como caja de resonancia.

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